Fortaleciendo agroecología en América Latina y el Caribe: Lo que nos dejó la Conferencia Regional de 2025
Entre el 24 y el 28 de marzo de 2025, organizaciones socias de Groundswell International en América Latina y el Caribe (LAC) se reunieron en Ecuador para participar en la Conferencia Regional LAC. El encuentro convocó a representantes de Guatemala, México, Honduras, Haití y Ecuador, quienes, a través de recorridos, intercambios y ejercicios colectivos, compartieron aprendizajes y fortalecieron el trabajo en red que vienen desarrollando en sus territorios. La agenda combinó visitas a experiencias locales, sesiones de análisis, espacios de reflexión temática y proyección estratégica.

El suelo como punto de partida
La conferencia inició con una visita a la finca Urkuwayku, un espacio de agricultura familiar donde se han venido desarrollando prácticas agroecológicas adaptadas al contexto andino. A lo largo del día, las y los participantes conocieron distintas formas de regeneración del suelo: el uso de abonos líquidos y sólidos, el papel de los hongos y microorganismos, el valor del humus, el manejo de coberturas vegetales y la instalación de barreras vivas como protección frente a la erosión.
Además de las técnicas, este fue un espacio de intercambio de ideas sobre la salud del suelo como parte de una visión integral del territorio. Varias reflexiones apuntaron al vínculo entre agroecología, ancestralidad y cuidado de la vida. Surgieron preguntas sobre cómo observamos la tierra, qué rol han tenido las mujeres en su protección, y de qué manera la experiencia campesina ha construido conocimiento sin necesariamente nombrarlo como “tecnología”. Se habló también de la sombra como aliada de los cultivos, de la temperatura del suelo, de la relación entre hojas, raíces y hongos.




Género, juventudes y perspectiva regional
El segundo día se dedicó al análisis colectivo de desafíos comunes en la región. La jornada abrió con una presentación sobre los avances del trabajo con mujeres y juventudes en los países participantes, y se retomaron temas discutidos previamente en la conferencia global realizada en Berlín.
Uno de los ejes centrales fue la carga desproporcionada que enfrentan las mujeres en el ámbito rural. Se compartieron datos concretos, como el tiempo acumulado que dedican a buscar agua, y se reflexionó sobre la necesidad de distribuir de forma más equitativa los roles reproductivos, productivos, comunitarios y políticos. También se discutieron las condiciones de participación, el acceso a recursos y la toma de decisiones.
En paralelo, se abordó el papel de las juventudes en los procesos organizativos. Muchas organizaciones señalaron que los jóvenes están presentes, pero no siempre en espacios donde puedan ejercer liderazgo. Se habló de la migración como respuesta a la falta de oportunidades, y de cómo construir caminos posibles para que las juventudes puedan quedarse, participar y generar ingresos sostenibles en sus comunidades. Surgieron propuestas como articular agroecología y nuevas tecnologías desde un enfoque crítico, acompañar procesos formativos, y trabajar en narrativas que contrarresten la propaganda migratoria.
A lo largo del día, distintas organizaciones compartieron sus experiencias. Desde Centéotl, en México, se presentó el trabajo con bancomunidades y producción local con mujeres oaxaqueñas; desde Honduras, ACESH y Vecinos Honduras compartieron sus avances en inclusión de juventudes, recuperación de semillas y trabajo frente a amenazas como la minería; AGRIDIVI y Qachuu Aloom, en Guatemala, presentaron sus procesos de agroecología comunitaria, formación intergeneracional y fortalecimiento organizativo; Voces y Manos expuso su modelo de liderazgo juvenil; y PDL, desde Haití, compartió su apuesta por el empoderamiento económico de mujeres y jóvenes en zonas rurales.



Juventud organizada y agroecología feminista
La jornada del miércoles estuvo dedicada a conocer La Divina Papaya, un proyecto agroecológico liderado por mujeres jóvenes. El recorrido incluyó visitas a huertos, áreas de transformación de alimentos, espacios formativos y procesos de comercialización.
Las y los participantes reconocieron en esta experiencia una propuesta integral que combina producción sostenible, organización colectiva, acompañamiento educativo y trabajo comunitario con enfoque de género. Se valoró especialmente el rol activo de las juventudes en todas las áreas del proyecto, y la forma en que la comunicación se integra como herramienta pedagógica y política.
Se habló del uso eficiente del agua, del enfoque regenerativo en la agricultura y del equilibrio entre lo productivo, lo personal y lo organizativo. La experiencia mostró que es posible construir iniciativas sostenibles que articulen territorio, autonomía y participación desde lo local.
Redes de mujeres y documentación comunitaria
El cuarto día incluyó dos visitas. En la mañana, la conferencia se trasladó a la comunidad de Atocha, donde un grupo de mujeres ha mantenido desde los años ochenta una red de ahorro colectivo. Con el tiempo, este proceso se ha combinado con experiencias agroecológicas, fortalecimiento organizativo y experimentación conjunta.
Las participantes destacaron la autonomía económica lograda por las mujeres a través del ahorro, así como la claridad de sus objetivos, su capacidad de adaptación y su liderazgo sostenido. Se resaltó el acompañamiento técnico respetuoso, la ética del cuidado presente en el trabajo cotidiano y la diversidad de prácticas agrícolas desarrolladas desde sus propios saberes.
En la tarde, se visitó la comunidad de Unalagua, donde se articulan dos procesos: un colectivo de mujeres que trabaja en agroecología adaptada al territorio, y un grupo de Jóvenes Contadores de Historias que ha comenzado a documentar las experiencias locales. Esta combinación permitió reflexionar sobre el valor de sistematizar lo que ocurre en el territorio, y sobre el papel de la comunicación como forma de participación.
Se discutieron también los desafíos que persisten: la dificultad para acceder a mercados, la necesidad de mayor acompañamiento institucional y la urgencia de abrir más espacios donde las juventudes puedan asumir responsabilidades reales dentro de sus comunidades.

Ética, indicadores y planificación regional
El último día de la conferencia estuvo centrado en una conversación abierta sobre ética en los procesos comunitarios. Se plantearon preguntas sobre cómo evitar prácticas extractivas, cómo garantizar el consentimiento libre e informado y cómo construir acuerdos claros entre organizaciones y comunidades.
A partir de allí, se trabajó sobre el concepto de indicadores, distinguiendo entre indicadores de resultado, de proceso y de contexto. Se discutió la noción de “cosecha de alcances” como forma de reconocer transformaciones no lineales, especialmente en procesos de largo plazo. Luego, cada organización participó en un ejercicio práctico para definir indicadores vinculados a sus prioridades: salud del suelo, adopción de tecnologías, participación de mujeres y juventudes, acceso a recursos, entre otros.
Estas proyecciones alimentarán el Plan Regional de Groundswell International en América Latina y el Caribe para el periodo 2025–2027.
Este fue espacio de trabajo, escucha y articulación. Durante cinco días, las organizaciones caminaron juntas, compartieron herramientas y trazaron horizontes comunes. Cada jornada dejó ideas, preguntas y compromisos, pero también la certeza de que los procesos más sólidos nacen desde el territorio, se fortalecen en red y se sostienen en el tiempo cuando hay voluntad colectiva de construirlos.