Jóvenes Contadores de Historias de América Latina y el Caribe viven su primer encuentro presencial
Once jóvenes, líderes y representantes de diferentes organizaciones socias de Groundswell International en Latinoamérica y el Caribe, se reunieron a orillas del lago Atitlán, en Guatemala para participar del primer encuentro regional presencial de Jóvenes Contadores de Historias de la región, con el objetivo de consolidar una red sólida entre juventudes diversas, conocer contextos de cómo están desarrollando el programa en otras latitudes, y adquirir conocimientos y tener aproximaciones iniciales en diferentes áreas como fotografía, video y escrituras creativas para narrar sus territorios y contextos desde los temas que los convocan: la tierra, el alimento, el agua, la conservación de sus ecosistemas, la gobernanza territorial, la reivindicación de los roles de la mujer y la juventud, y el cambio climático.


Durante una semana, la reunión integró actividades para solidificar la comunidad entre los jóvenes y la confianza de sus voces; responsables de dar a conocer información nueva en otros escenarios. También experimentaron, a través de ejercicios narrativos con la palabra y la imagen, estrategias para fortalecer la creatividad y generar ideas. Además, se acercaron a la observación activa de propuestas documentales para entrenar los ojos y enriquecer los referentes estéticos para la creación de nuevos proyectos audiovisuales, todo esto cruzado por ejercicios prácticos para experimentar a través de la fotografía y el video, y así afinar las formas en las que se ve y se captura el mundo.
Para lograr esto, se tuvo el acompañamientos de Ismael Vásquez Bernabé, cineasta, camarógrafo y Explorador de National Geographic, perteneciente a una comunidad indígena de México, quien ha dedicado su vida profesional a narrar su territorio. Él ha desarrollado un proyecto personal sentido y profundo desde el lenguaje y la forma para conservar su cultura, su lengua y el patrimonio que lo alberga, y lo audiovisual ha sido su herramienta práctica para hacerlo. Ismael desde su bagaje, diseñó, acompañó, dictó y asesoró—junto con el equipo de comunicaciones de Groundswell International—la creación de cortometrajes desde cero, para que los participantes del taller pudiesen experimentar la vivencia de la preproducción, producción y posproducción de una pieza y todo lo que eso implica (construcción de una idea, configuración de roles según las capacidades y gustos, delegación y cumplimiento de responsabilidades, colaboración entre equipos y celebración de resultados).
Lesli Liliana Juárez Alvarado, una de las participantes, cuenta que en este espacio aprendió nuevas formas creativas de hacer videos y descubrió que, “aunque venimos de distintos países y comunidades, compartimos un mismo sueño: mostrar lo que sucede en nuestros territorios y dar fuerza a la agroecología”.
Además, menciona que cree firmemente que más jóvenes deben integrarse a este proceso, ya que la comunicación y la agroecología no son solo temas técnicos, sino que son caminos para cuidar nuestras semillas nativas, fortalecer nuestros saberes y dar continuidad a la memoria. “Que más jóvenes se sumen significa que este conocimiento no se queda en unos pocos, sino que se multiplica, se comparte y se transmite, como se han transmitido siempre las enseñanzas en nuestras comunidades”, menciona Lesli.
Aunque venimos de distintos países y comunidades, compartimos un mismo sueño: mostrar lo que sucede en nuestros territorios y dar fuerza a la agroecología
Lesli Liliana Juárez Alvarado, Guatemala

Todo este proceso se vivió a la par de conocer un lugar completamente nuevo para todos los participantes. Quienes estuvieron en esta jornada tuvieron la oportunidad de explorar por primera vez la región y verla con los ojos de Contadores de Historias y con oportunidades para narrarlas desde la reflexión, la conversación, la investigación y la rigurosidad que estuvieron aprendiendo. Fue una oportunidad para comparar territorios, y reencontrarse a través de las diferencias.
Este primer encuentro fue la ocasión para reafirmar que existe una comunidad de jóvenes deseosa por conocerse y contar lo que están viviendo en sus comunidades, resaltar las acciones que pasan allí y resignificar la tierra desde otros lenguajes dignos y donde la memoria resiste y la cultura se valoriza y se potencia, como lo dice Rebeca Rubí Martínez Sosa, otra de las Jóvenes Contadoras de Historias, proveniente de México. “El trabajo de campo que realizamos es fundamental porque nos conecta con las raíces de nuestras comunidades. Escuchar y recoger la palabra de nuestros abuelos y abuelas es reconocer una lucha diaria por conservar nuestra cultura, nuestras lenguas y nuestras formas de vida. Ese trabajo no solo es una investigación, es un acto de resistencia y de amor hacia lo que somos en nuestros pueblos”.
Además apunta Rebecca, que por lo anterior es tan importante que más jóvenes participen en este programa, ya que cuando se unen, las voces se multiplican y fortalecen, logrando una sociedad que vea y valore la riqueza cultural que defienden. “Yo quiero seguir participando porque creo que nuestras historias no son el pasado: son la semilla que nos permite resistir, afirmar nuestra identidad y construir un futuro con más memoria y dignidad.”





